Seguidores

martes, 19 de noviembre de 2013

Volleyball, en Estados Unidos.

En mi tercer mes aquí en Estados Unidos, dos semanas después de que se haya acabado la temporada de volleyball, si aquí cada deporte tiene su temporada y nunca había jugado a este, es más si soy sincera nunca fue un deporte que me llamara muco la atención, pero al venir aquí tuve la intriga de probarlo, ¿porque no? Al principio, a los cuatro días de entrenamiento me arrepentía, y pensaba, ¿Todos los días dos horas con chicas a las que no conozco y llevan en esto años y en inglés? No, gracias, pero, aunque no tuve la oportunidad de jugar mucho, unos dos o tres partidos, me di cuenta de algo, y es que son una familia, y aunque al principio me costo, me acogieron desde el principio y me aplaudían cuando lo hacía bien y me animaban y me enseñaban cuando fallaba, y es que antes de entrar a entrenar o antes de empezar un partido dejan sus problemas y sus malas caras y es porque algunas eso les da la vida desde pequeñas, tan solo puedo decir cosas buenas de cada una de ellas, y darlas las gracias por hacer que un deporte que no me llamaba la atención acabe haciéndolo e incluso acabe echándolo de menos.