Solo te pediré un favor. Si te caes no te arrastres, te doleran las rodillas y no podras acabar el camino. Yo te daré la mano para que te levantes, te curaré las heridas, intentaré apartar las piedras, te sacaré una sonrisa todas las mañanas. Me acordaré de ti todas las noches, te apoyaré en todo lo que me propongas. No te prometo que todo salga bien pero si te prometo que voy a intentarlo todos los dias.
Pero son mucho más dolorosas aquellas que son anunciadas de antemano. No me refiero a cuando alguien se va, si no a cuando tú ves que alguien se está yendo. Es triste ver como aunque estés al lado de alguien, notes que las distancias invadan todo el aire, que no tengas nada de lo que hablar. Acabas admitiendo que ya nada es lo que era, las locuras se pueden contar con los dedos de una mano, ya no abundan tanto las sonrisas y llega un día en el que ya no hay nada que decir. La mayoría de las veces se da un punto de inflexión, en el que te das cuenta de que las cosas se han hecho añicos. Un punto en el que te das cuenta que al poner las cartas sobre la mesa, va a dar la partida por perdida. Ese punto en el que sabes que no hay modo de volver atrás, al borde de las vías del puto tren que estaba al acecho, el punto que marca el principio de otra historia. Es inevitable
Hoy es uno de esos días en los que me pongo melancólico. Me pongo música triste en el móvil y me tumbo en la cama. Me pongo a pensar todo lo que me ha pasado este año. Todo lo bueno, todo lo malo. En qué hubiera pasado si no hubiese cometido ese error. El lo que podía haber pasado si me hubiese atrevido. Si tu también has hecho eso, has hecho una gran tontería. No merece la pena ponerse a imaginarnos todo eso, porque lo único que hacemos, es perder la única cosa que no se recupera. El tiempo. ¿Alguna vez te has sentido mejor después de hacer eso? No ¿verdad? Lo único que has conseguido es deprimirte aún más. No pienses en que hubiera pasado, sino en que va a pasar, que es más importante. Créeme, lo sé por experiencia propia.
Por que sí, por que nos lo merecemos, ¿acaso no es razón suficiente? porque dicen que después de la tormenta sale el sol, y si aún esta algo nublado, es porque todavía es pronto, y si a veces, no puedes evitar que una lágrima salga de tu ojo y recorra tus mejillas, no tienes porque preocuparte, que yo te la secaré y las convertiré en sonrisas de oreja a oreja, que todo el mundo tiene días de esos, días malos, pero sabes? Si lloras por no poder ver el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas, que aunque este nublado, no es tan malo, al menos, ya no llueve, antes diluviaba, pero no podemos pasar de negro a blanco en dos días, todo en esta vida,lleva su tiempo. Ayer diluviaba, hoy esta nublado, pero estoy segura, que tal vez no mañana, pero pronto, muy pronto, el sol brillará como no la ha echo nunca, y sino, ya nos encargaremos nosotras, con toda nuestra fuerza y nuestra voluntad, de quitar esas nubes que nos impiden verlo, de subir ahí arriba y demostrarle al mundo, que va a tener que luchar para vernos llorar, porque nuestras sonrisas, valen oro. Porque el verte feliz, no tiene precio.
No te mereces nada.Ni ir con damas, ni adornar camas. Ni gastar labios. Ni habitar corazones. Ni ser el dueño de sus colchones. Tu mito ha caído con la misma brevedad que tus pantalones. Hoy con una y mañana con otra. Que no tío, que esto no funciona así, si quieres entras, pero te quedas, no te pienses que igual que llegas te vas a ir. En el fondo te doy las gracias porque me hiciste ser mejor de lo que era, ahora no confío en niñatos como tu. Esque... la tonta era yo, que cuando me decías 'que lo siento, que te quiero, eres todo' sentía algo dentro que creía que era amor y ahora se que eran las ganas de vomitar! En fin, ahí te queda mi despedida, espero que te guste y no sea tan aburrida como el tiempo que me has hecho pasar aguantando todo esto. Y ahora mírame, pedazo de idiota, observa lo feliz que estoy! Ves esta sonrisa? Pues no brilla gracias a ti, brilla gracias a MI! Prometo no volver a llamarte, ni ahora ni nunca, que yo si que cumplo mis promesas, que me das asco.
